Con el comienzo del proceso de modificaciones a la Proposición de Ley que concedería la nacionalidad a descendientes de españoles nacidos en el extranjero, miles de cubanos y otros latinoamericanos se hallan este octubre más cerca de obtener la ciudadanía de sus ascendientes nacidos en España.
Desde este martes y hasta la próxima semana, la Comisión de Leyes del Congreso de los Diputados estudia la posibilidad de realizar supresiones, cambios o adiciones en el texto admitido por el Senado en junio pasado, por unanimidad, tras el inesperado voto del Partido Popular (PP) a favor de la propuesta presentada por la senadora Sara Vilà en nombre del grupo parlamentario Unidos Podemos, En Comú Podem, En Marea.
La nueva legislación aspira a resolver los vacíos de la Ley de Memoria histórica de 2007.
Se propone entonces conceder la “nacionalidad española de origen” a los nietos de todos los migrantes varones, hayan adquirido o no la ciudadanía de su país de acogida.
Entre los excluidos de los beneficios de la Ley de Memoria Histórica también serán reconocidos como españoles los nietos de las mujeres que perdieron la nacionalidad por haberse casado con extranjeros, además de los hijos mayores de edad de quienes obtuvieron entonces la nacionalidad.
Por último, serán favorecidos los nacidos en el extranjero que no ratificaron su condición de españoles al cumplir la mayoría de edad.
La Ley de Memoria Histórica, concebida con el propósito de reparar a las víctimas de la Guerra Civil Española y del franquismo, nada más reconocía los derechos de los hijos de españoles y de los nietos de quienes “perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio”.
La disposición solo se mantuvo en vigor durante tres años, incluso después que el Consejo de Ministros la prorrogó, y terminó excluyendo de sus derechos históricos a miles de descendientes de españoles.
La Exposición de motivos de la actual proposición declara como objeto la reparación de “situaciones injustas o asimétricas surgidas por la falta de reconocimiento de la nacionalidad a ciertos casos específicos de descendientes de españoles y españolas”.
“Si todo va correctamente y si la mesa del Congreso no se pone “celosa” de esta Ley y la trata con la celeridad que merece, nosotros esperamos tenerla aprobada para principios de 2019”, declaró Vilà en junio pasado a La Región Internacional.
No obstante, las enmiendas debieron comenzar en septiembre y fueron prorrogadas hasta octubre, con el consiguiente retraso para la aprobación final de la ley.
Juan José Buitrago de Benito, embajador de España en Cuba, sin referirse puntualmente a la Proposición de ley que se enmienda en Madrid, dijo esta semana que “dentro de poco seremos ya casi 200 mil [españoles en la Isla], y unos años después podremos llegar a muchísimos miles más.
Buitrago también se refirió en La Habana a la “reforma del voto exterior” que acomete España.
“Cuba, en ese sentido, se va a convertir en un punto central, porque después de esta aplicación de la ley y de la reforma de la ley vais a ser uno de los países en donde haya más votantes españoles con capacidad e influencia en las elecciones generales, autonómicas, e incluso espero que también locales”, comentó el diplomático.
El Consulado General de España en La Habana desmintió varias veces en su cuenta de Twitter que la “Ley de nietos” esté aprobada. Las autoridades consulares a la vez pidieron a los interesados que “no soliciten cita para ese trámite pues sobrecargan [el] sistema de reservas por internet”.
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