Habrá hasta 27 parámetros, según el documento al que ha tenido acceso este periódico, centrados en cuatro grandes asuntos: el nivel de capacidad sanitaria para evitar que el sistema se sature de nuevo tanto en hospitales como en atención primaria; la vigilancia de la epidemia, con datos muy pormenorizados; la identificación y contención de las fuentes de contagios, y las medidas de protección colectiva.
Este último punto es el más escueto: «Garantía de suministro de mascarillas». El más importante del escrito es el de la vigilancia epidemiológica. Sanidad pone como objetivo la «notificación diaria de al menos el 90% de datos individualizados» de coronavirus, pero, sobre todo, establece el requisito de tener «capacidad de diagnóstico con PCR de todos los sintomáticos». «En casos leves, en su domicilio o en puntos de diagnóstico con cita previa», añade.
Otra medida a implantar es el «aislamiento de casos en 24 horas», mediante la «habilitación de hoteles u otras instalaciones para aislamiento supervisado de casos leves que no puedan hacer efectivo el aislamiento en su domicilio». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya pidió a las comunidades una lista de infraestructuras para acoger a personas infectadas.
Además, se deberá «trazar» y poner en «cuarentena» a todos los contactos de cada caso positivo, para lo que será necesaria la contratación de más personal. Y entrenarlo. Las autonomías tendrán que realizar un «diagnóstico de asintomáticos en residencias geriátricas mediante PCR semanal de residentes y personal».
El de la atención sanitaria es el flanco en el que el Gobierno quiere poner más empeño para la desescalada. Antes que nada, blindando los hospitales contra el virus, con un «cribado universal (con PCR) de pacientes antes del ingreso por patología no-COVID» y con «reservas» de equipos de protección individual, como demandaba la OMS ya en febrero. Y «mantenimiento de espacios vacíos listos para aumentar las UCI al triple de la capacidad pre-COVID», entre otras medidas.
En cuanto a la medicina primaria, que una de las principales claves para el desconfinamiento, según Pedro Sánchez, Sanidad propone «circuitos separados para la atención presencial de personas con síntomas respiratorios o infecciosos», así como «reforzar la aplicación de las medidas correctas de protección frente al virus».
PRESIONES DE LAS CCAA
Estas son las reglas que el Ejecutivo puso hoy encima de la mesa, en el Consejo Interterritorial de Salud, en un momento en que las comunidades han elaborado ya sus propios planes y presionan al Ministerio para poder ponerlos en marcha. Unas duras condiciones para comenzar la desescalada.
El Ejecutivo no ha hecho público aún un plan concreto para abandonar de manera paulatina el confinamiento y la única medida de alivio adoptada son los paseos de una hora de los niños a partir del domingo. Por mucho que el Ejecutivo haya avalado una salida asimétrica del encierro, Sanidad no quiere perder el control. Illa defendió ayer que las comunidades tendrán un «papel importante», pero todo pasará por el filtro del Ejecutivo. «Es un proceso que dirige el Gobierno», afirmó. De hecho, habrá decisiones por zonas geográficas, no estrictamente por regiones.
Con este aviso el ministro aguó las pretensiones de algunos presidentes de actuar por su cuenta. Quim Torra insistió en que «Cataluña tiene competencia, experiencia y conocimiento» para hacer su desconfinamiento.
Comunidades del PP reprocharon al Gobierno que todavía no haya dado a conocer su hoja de ruta. Previsiblemente, Sánchez ofrecerá más información a las autonomías en la reunión del domingo de la Conferencia de Presidentes.
Pero mientras esa concreción llega, territorios como Canarias sostienen que podrían comenzar este mismo lunes la desescalada y servir de «laboratorio» del resto del país. Sus expertos creen que están preparados y lo mismo mantienen otras autonomías. Antes al menos de conocer las exigencias que el Ministerio de Sanidad les transmitió hoy en el documento con esas 27 variables.
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